miércoles, 11 de junio de 2008

EPÍLOGO

Ya han pasado un par de días o tres desde que volví a dormir en mi cama, creo. Llega uno a casa con la pérdida de la realidad y con una extraña visión de las cosas y de los seres queridos, incluido mi entrenador personal y tenía idea de despedirme del blog, de los que me habeis seguido con paciencia y no encontraba el momento para rememorar la experiencia o quizá tampoco quería despedirme, no sé. Lo hago con cierta nostalgia y cierta pena, por lo que no creo que cuente nada divertido, aunque intentaré ser ameno.

Había prometido que continuaría mi viaje hasta el final de la tierra pero no ha podido ser. No por falta de piernas, que ya las tenía bien acostumbradas al trote cotidiano. Tenía todo previsto para seguir junto a mis amigos hasta Muxía y después pararme a descansar un par de dias por alguna playa gallega provista de algún percebe o alguna ostra suculenta, pero después de comer opíparamente junto a ellos y a dos catalanas con las que compartimos la etapa final, sufrí una especie de bajón psicológico, una falta de fuerza interior, que me llevó a sacar un billete de tren para el lunes.

Ese mismo dia vinieron las despedidas, con alguna que otra lágrima y alguna que otra esperanza. El intercambio de teléfonos y direcciones y los proyectos de futuro reencuentro en "otro camino", en otro año o en otra vida.

He reflexionado mucho sobre lo que se ha dado en llamar "el espiritudel camino" y sin querer caer en los habituales tópicos, quiero concluir y quedarme con lo que este Camino de Santiago me ha dado personalmente. En primer lugar la gente estupénda que he conocido y con los que me gustaría seguir en contacto. Lo que he aprendido de ellos y con ellos y lo que me he reido que, todo hay que decirlo, no ha sido poco. Me quedo con los buenos momentos, las comidas compartidas en alguna fuente y bajo la protección de algún árbol. Esos trozos de longaniza intercambiada por queso o pan. Los momentos de sopas de ajo o paellas de campaña y la emoción de algún foráneo al saborear nuestros guisos más populares. Me quedo con esas palabras de ánimo para los momentos de bajón y de cansancio. Ese "buen camino" que te avivaba las piernas y el corazón. Me quedo con ese pundonor y esa fuerza de voluntad de esa gente mayor, o mayor que yo, que había partido desde mil o dosmil kilómetros atrás y que sonreia cuando el idioma le impedía compartir la charla. Esas sonrisas que decían todo lo que se puede decir y que animaban más que cualquier palabra. El arrojo y la valentía de esos discapacitados que quitan cualquier excusa para no empezar a andar. He visto a personas en silla de ruedas, a otros con una pierna ortopédica; me han hablado de ciegos o de gente que ha olvidado su medicación en algún albergue y así se ha descubierto que estaban en fase terminal de alguna enfermedad.
He visto a lo largo del camino gran cantidad de monolitos o recordatorios de gente que había muerto en aquel preciso lugar. Algunos por accidente, otros porque la muerte les pilló allí y algunos la fueron a buscar. He pensado en la rebeldía de escoger el lugar donde quiere uno morir. Y me he cruzado con gente que volvía desde Santiago andando como lo hacían los antiguos peregrinos...
Por todo ello quiero dar las gracias. Gracias a mis nuevos amigos, gracias a los que me han hecho enfadar en algún momento, a los que me han hecho reir, a los que me han hecho llorar. A mi familia y otros animales. A los que me llamábais por teléfono y a los que no. Gracias a todos los que me habeis soportado las cuatro frases hechas sin repasar a vuelapluma con faltas de ortografía y anacolutos. Y sobre todo, gracias al Camino de Santiago que sigue siendo la mayor fuente de unidad entre gentes tan dispares, de aporte cultural y económico y ejemplo de integración y convivencia. Ojalá siga sirviendo de ejemplo a todos aquellos que sólo buscan en los demás los elementos diferenciadores. A esos especialmente quiero dedicarles este blog y pedirles encarecidamente que hagan ese pequeño esfuerzo de caminar junto a desconocidos para encontrar elementos comunes para conseguir paz, unidad y concordia.
Adios
P.D. Si alguien desea algún tipo de información personal dejo este correo.
bustieper@yahoo.es
Si está en mi mano gustosamente contestaré.

2 comentarios:

pi dijo...

Nos has hecho disfrutar mucho con tu blog y con tu viaje. A ratos sufriendo contigo, a ratos disfrutando contigo, imaginando paisajes, situaciones, cansancios y euforias.
Gracias amigo. Si algún dia hago/hacemos el Camino, nos echarás una mano, verdad?
Un beso,
PI

Fernanda Kaplun dijo...

Iruuu
Cuentame como estas???
No tienes internet por ahí???
Un besote