viernes, 16 de mayo de 2008

Cerca de Belorado encontré el amor

Dejó de llover y mi paciencia me regaló un dia estraordinario. Sol que no calienta demasiado e invita a la marcha. Me despido y agradezco la amabilidad de la oficina del peregrino en Redecilla y me doy un desayuno a base de pan caliente y aceite de oliva que me otorga las fuerzas necesarias. La ruta discurre junto a la carretera, por un andadero que se ha construido para evitar que los peregrinos compartan con los camiones el peligro. No se si es buena idea pues algún que otro muerto añadiría más épica al camino y nuestros visitantes se podrían presentar en sus casas con más emociones que contar junto a las de los salteadores. Voy cantando. El dia, ya he dicho, me dá alegría. Interpreto, o mejor dicho, ejecuto, Corazón Corazón, Barrio, No me amenaces y un corrido mexicano. La gente se vuelve atemorizada y me permite un adelantamiento fácil y cómodo. Me paro en un pueblecito donde nació Santo Domingo y cometo el error de beber agua de la fuente. Y no era la fuente... Es agua de riego. Sigo andando asustado por si Moctezuma se instala en mis tripas. Hago un recuento de mi botiquín y me tranquiliza saber que llevo fortasec a mano. Y anda que te anda por el andadero, empiezo a sentir una cierta debilidad. Me siento en un mojón frente a un campo verde de trigo y rebusco en los bolsos mis provisiones. Un trozo de pan, unas barras energéticas y almendras. Miro el pan a un lado, al otro la barrita y al frente el agua y mis pensamientos se vuelven tristes. Pena, penita, pena...
Pero cuando ya estoy dispuesto a morder el pan, un penúltimo efluvio de glucosa alcanza victorioso mi cerebro. Si!! Ella está ahí dentro y me llama. Busco y rebusco ¿Donde?.
Estas mochilas modernas están pensadas para no encontrar nada. !En el botiquín!. ¿Donde si no? . Abro la bolsa de los fármacos y allí está. Noto su olor a otoño. Viste un bello conjunto de papel vegetal que la hace más deseable. Se lo retiro con delicadeza de cirujano para ver sus primeras y lustrosas carnes rosadas. Está algo sudada y gotea suavemente una cierta grasilla que le retiro con un dedo y libo con fruición. Le acerco mi navaja y ella rezonga, se alegra, sabe que va a visitar mis "dentros", va a ser mía sin saber que yo también le pertenezco. El amor corre por mis venas y el corazón se acelera. Le propongo un menage a trois que la deja turbada pero accede. Entonces abro el trozo de pan y la introduzco en su interior. El primer mordisco está próximo pero le doy unos unos instantes de suspense. Preparo mi paladar con un trago de agua y acerco a los dos previos amantes, pan y longaniza riojana a mi boca. Los muerdo, poco a poco, degustando sintiendo, soñando. Los noto bailar juntos el más bello de los valses en mi interior...
Guardo con desdén la barrita y el agua y sigo la marcha hasta Belogrado mientras regurgitan su amor dentro de mi estómago.
Y con éstas y poco más paro en ese pueblo que fue en tiempos Cabeza de Partido y ahora es un pueblo industrial dedicado a muebles, fosfatos y peregrinos.
Mi intención es llegar a Montes de Oca, pero encuentro un brasileño en un bar que me dice que al estar cerrado el albergue de San Juan de Ortega, es probable que el anterior esté lleno. Me propone que vaya al que el regenta unos kilómetros antes, en Villambista y allí me dirijo mientras hablo con un par de chicas que se quedan un pueblo antes.
Es un pueblo tranquilo, pequeño, que ha visto llegar a tres brasileños para regentar el albergue y cuyos pocos paisanos, están encantados porque también hace las veces de taberna, que no había .

1 comentario:

PakiMenbrot dijo...

Pronto es tu natalicio y tu nos regalas nos invitas y agasajas a bocadillo,
bocadillo lento en austero momento aderezado no solo de colores sino formando triunvirato,
frente a un campo verde, que requiero verde y el verde, esta vez, melón.
Que gran victoria, Viriato.
y sigue andando queteandando requeteandando, desandando, reculando por el andadero para regalarlo luego.
Y no me olvido de la clase de fisiología,
efluvio de glucosa alcanza con agonía victoriosa.

Es cierto, est de trouver l'amour.