El principio

El día empieza con las claras del día. Nada más asomar la luz han tocado diana. Se han encendido todas las luces y la megafonía ha soltado los acordes del gregoriano. Curiosidad de las grabaciones que se hacen con poco sentido, a continuación ha sonado la cumparsita y un par de tangos más. Me he quedado en la cama mientras esperaba "Caminito" pero ha sido en vano. El baño no daba abasto y he decidido lavarme en alguna de las fuentes. A las 7,30 he empezado a andar. En ayunas hasta Burguete en cuya panadería he podido tomar café. A partir de ahí y entre preciosos bosques se puede decir que he empezado a caminar en serio. Más deprisa, más despacio, el bordón a un lado y a otro hasta encontrar el ritmo adecuado. A todos los que voy adelantando les saludo con un"buen camino", al que pocos no responden. Uno, con acento francés me dá las gracias pues cree que le estoy dando una orientación de ruta. Cuando intento explicárselo me cuenta que la gente le va orientando muy cortesmente diciéndole que va por buen camino, insiste. Lo dejo por imposible y me despido con el saludo latino "Ultreia" y se echa a reir. Por fin lo ha entendido, y nos reimos los dos. Llegando al alto de Erro me adelantan dos peregrinos que llevan un ritmo deportivo y me pongo a charlar mientras "les sigo a rueda". Consigo mantener la velocidad hasta Zubiri donde vamos a pernoctar. En el albergue Zaldico que con enorme simpatía atiende María nos dan posada y nos relajamos con una reconfortante ducha caliente. Mi, ya amigo, el jóven Llorens de Arenys de Mar me acompaña a tomar unas cañas y me da charla hasta la hora de comer. En el mesón que atiende Mónica, me ofrecen un estupendo menú que lleva unas halubbias rojas y unos pimientos rellenos dignos de una emperatriz. Con permiso de mi filólogo de cabecera me permito corregir a Jardiel por no haber puesto la hache en alubias. Ëstas que yo me he tomado, no sólo merecían la hache para demostrar que eran importantes, merecen dos bes, y quizá alguna z.

Esto es vida!!!