jueves, 29 de mayo de 2008

Errores cometerás

En el albergue de Rabanal, cometí el primer error del camino, error de principiante ..
Me fié del radiante sol que me acompañó hasta la puerta y se me ocurrió lavar la ropa, incluyendo la de abrigo, craso error. Mientras mis pantalones y mi forro polar bailaban frenética y alegremente en el bombo de una lavadora, el cielo se tornó oscuro y regaló una ventisca de tres pares de...¿esquimales?.. Debido a que mis protecciones naturales en forma de grasa se han ido perdiendo por esos caminos de Dios, me hirió el cuerpo una tiritera insufrible. Bajo una estufa y engalanado para pasear por Benidorm en Agosto, intenté paliar mis frios con un par de vasos de vino berciano que me ofreció caritativamente mi ya amiga Fernanda, una brasileña simpática y bullanguera a la que ya había oido de lejos en algún albergue anterior. Al ver que mis frios no se curaban y aumentando su caridad me prestó para mi abrigo un precioso pareo brasileiro que, todo hay que decirlo, causó la admiración de la troupe teutona. Fui objeto de atención fotográfica, que antes que turbarme, me causó un gran divertimento y por supuesto me quitó parte del frío.
Conseguí secar mi ropa sobre los radiadores y después de una recuperación a base lomo y huevos fritos con el consabido berciano conseguí paliar el frio y jurar mil veces que no lavaré la ropa hasta que haga sol por la noche.

1 comentario:

Unknown dijo...

o hasta que des con un hospitalero que con el barreño bajo el brazo se ocupe de tu lavadora y si !de tu secadora!
mil besos.
Inés