sábado, 24 de mayo de 2008

Terradillos- Guardia Civil,Sahagún y Bercianos

La salida del albergue se retrasa por lo menos para los que no estamos locos todavía. El cielo no pudo esperar y abrió sus aguas para anegar campos y mochilas de presurosos caminantes. Mis amigos, Harry, Lia, Irene y yo (que también soy amigo mio), preferimos esperar a que escampe y salimos sin prisas cuando amaina, porque se resiste al escampe.
Fresco y agua que con charla y buen paso hace corta la llegada a Sahagún donde tenemos pensado visitar alguna iglesia. Eso me permite hablarles del arte mozárabe y de los árabes y su expulsión. Los reyes católicos y los judíos también me ocupan, pero ahí lo dejo pues empiezan a dormirse bajo la lluvia. Cuando llegamos a Sahagún luce un sol tímido que invita al turismo cultural pero de pronto encontramos a un apesadumbrado jovenzuelo alemán que nos cuenta que le han robado la cartera y no sabe qué hacer.
Como buen samaritano insisto en que debe presentar denuncia en el cuartelillo de la benemérita. y hacia allí nos dirigimos. En el fondo me hacía ilusión que conociesen también a nuestra policía más significativa y me hubiese gustado que todavia fuesen tocados de tricornio para que la visión fuese más explicita.
Me sentí orgulloso cuando entramos el alemán y yo, y un guardia solícito, marcial y eficiente dijo con voz grave mirando de frente al teutón:
-¿Cómo te llamas?
y el alemán contesta
-Hans ghertrofenwawerrrr.
Y el número le mira a la cara fijamente y le reponde:
-Espera un momento.
Al cabo, saca de un cajón una cartera. La abre, mira la foto, mira a la cara del chico y dice.
-Por el nombre no sé, pero por la cara eres tú.
Y le dá su cartera.
Qué contento se puso. Le habían quitado solo 150€ pero le habían respetado las tarjetas y el carnet.
Ya pasó el tiempo destinado a la cultura y decidimos comer en la plaza cualquier cosa y salir hacia Bercianos. Larga y pesada tarde con varias tormentas que caen sobre nosotros. Al final, recibimos la mejor recompensa. El albergue de Bercianos no sólo es acogedor en sí mismo. Lo llevan dos hospitaleras entusiastas y simpáticas. Marian y Angeles nos tratan con cariño y generosidad. Es un albergue recomendable a todas luces. Además el pueblo, que es de 100 habitantes sigue manteniendo tanto en la taberna como en la tienda unos precios acordes con el lugar. Mención especial a los benefactores del albergue: Antonino y Tina, con los que compartimos, Harry y yo, despues de cenar una botella de orujo de su propia factoría.

2 comentarios:

bio_lento dijo...

RELIEGOS… por la hora y el día puedes ver en la iglesia una imagen románica del siglo XII (nadie se detiene)… buenas tapas en el bar Gil y buena gente.

Angeles dijo...

Hola..., eres genial y tu blog del Camino fantástico. Pero lo cierto es que así es el día a día del Camino de Santiago, contratiempos, anécdotas, albergues, pueblos, conocer nueva gente..., es la vida.

Ya te recuerdo, y también a tus tres
compañeros, (bueno después de ver la foto).

Chao. Ángeles.